Bangkok .- El ejército tailandés desalojó el miércoles el barrio de Bangkok ocupado por los "camisas rojas", cuyos principales líderes se rindieron tras el asalto en el que murieron cinco personas, pero por la tarde continuaban los enfrentamientos en zonas aledañas donde hubo varios incendios.
Las autoridades anunciaron que impondrán el toque de queda de toda la ciudad a partir del miércoles por la noche.
"Las autoridades detuvieron las operaciones", anunció el portavoz del ejército Sunsern Kaewkumnderd, que indicó que la "zona roja" estaba bajo control militar. "Vamos a esperar que la gente regrese a su casa y luego vamos a ocuparnos de los que provocan disturbios", agregó el portavoz.
Poco antes, los líderes de los "camisas rojas", que reclaman la dimisión del primer ministro, Abhisit Vejjajiva, y elecciones legislativas anticipadas, anunciaron su rendición y pidieron a los manifestantes que se dispersaran.
Tras dos meses de manifestaciones, al principio pacíficas y luego salpicadas por incidentes violentos y varias sesiones de negociaciones sin resultado, el ejército logró, en apenas unas horas, neutralizar la zona roja y forzar a los líderes del movimiento a renunciar.
El ejército mandó los tanques y a cientos de soldados durante la mañana y penetró en la amplia zona tomada por los manifestantes, abriendo una brecha en una barricada de neumáticos, bambús y alambrado.
Al menos cinco civiles, entre ellos un periodista italiano alcanzado por una bala en el abdomen, murieron en los enfrentamientos, según la policía. Al menos otro periodista, un holandés, resultó herido pero al perecer sin gravedad.
Los líderes de los manifestantes anunciaron poco después de la una del mediodía (06H00 GMT) que se entregaban a las autoridades, en una intervención cargada de emoción en el estrado situado en el corazón de la zona roja.
"Mis compañeros y yo vamos a entregarnos en la sede de la policía nacional. Sé que estáis sufriendo. Algunos os habéis quedado sin voz. Pero no queremos más muertos", declaró Jatuporn Prompan, con los ojos llorosos.
"Ponemos fin ahora a nuestras manifestaciones", declaró por su parte Nattawut Saikuar. "Vamos a intercambiar nuestra libertad por vuestra seguridad (...) Le pido a todo el mundo que vuelva a su casa", añadió.
Al menos uno de los líderes huyó. Otros se entregaron a la policía nacional.
La policía de Bangkok "desplegó a 1.000 miembros de las fuerzas de intervención rápida y si (los manifestantes) son sorprendidos realizando pillajes, iniciando incendios o provocando disturbios, la policía estará autorizada a disparar inmediatamente", indicó el portavoz, el general Piya Uthayo, poco antes de la rendición.
Unos 2.000 manifestantes incendiaron el edificio del gobierno provincial de Udan Thani, en el noreste del país, señaló a la AFP el gobernador de la provincia, Amnat Pagarat.
"La situación está controlada, los soldados les han dispersado" añadió.
En Bangkok, donde la situación seguía siendo tensa, la Bolsa y varios centros comerciales fueron incendiados durante la tarde.
En los minutos que siguieron el fin del asalto se registraron varios incidentes violentos y explosiones. Un tercer periodista, un canadiense, y cuatro soldados resultaron heridos en un ataque con granada, según un fotógrafo de la AFP.
Las autoridades habían puesto fin durante la noche a las perspectivas de reanudación de las negociaciones, que algunos senadores trataron de reactivar hasta el último momento.
Las últimas conversaciones oficiales se rompieron hace una semana, cuando el primer ministro anuló su propuesta de organizar elecciones anticipadas a mediados de noviembre, exasperado por las exigencias cada vez mayores de los "camisas rojas".
Desde el inicio de la crisis a mediados de marzo, más de 70 personas han muerto y más de 1.700 han resultado heridas en los enfrentamientos.
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